Marrakech 2015.
Han sido varias las veces que he pisado África pero nunca había estado en Marrakech y tenía muchas ganas pues los países árabes me atraen. Viajamos Toñi, Mayka y yo.
Pasamos unos días muy bonitos comprando en el zoco, visitando mezquitas, comiendo y paseando en la plaza Jemaa el Fana. A esta plaza no puedes dejar de ir si estas en Marrakech ya que en ella se desarrolla la vida pública de la ciudad tanto de día como de noche. Si vas de día encontraras un ambiente y si vas de noche encontraras otro muy diferente.
La plaza está rodeada por todos lados de edificios menos por uno, que viene a dar con la medina repleta de zocos. En los edificios que la bordean nos encontramos con un buen número de cafés, como el café Francia, y gran variedad de restaurantes. También hay espectáculos continuos como contadores de cuentos, encantadores de serpientes, acróbatas, vendedores de zumos de frutas, etc.
La plaza por la noche se llena de puestos de comida llenándola de olores y humo, carnes, pescados verduras, cada cual en su afán. Comimos los famosos platos pequeñitos marroquís tajín, cuscús, brochetas, caracoles, puedes pedir lo que quieras y a un precio asequible..
Cerca de la plaza encontramos la famosa mezquita de la Koutoubía.
La Mezquita de la Koutoubia es uno de los monumentos más emblemáticos de Marrakech y un ejemplo destacado del arte almohade. Construida en el siglo XII, su nombre significa "mezquita de los libreros", ya que antiguamente estaba rodeada por un mercado de libros.
El minarete de la mezquita, de aproximadamente 70 metros de altura, es el edificio más alto de Marrakech y sirvió como modelo para la Giralda de Sevilla y la Torre Hassan de Rabat. Aunque la entrada está restringida a los musulmanes, los visitantes podemos entrar o al menos a nosotras tres nos permitieron la entrada y además a la hora de la oración. Cosa que nos sorprendió.
Curtido de la piel:
Otro de los lugares que visitamos fue los curtidores de piel en Marrakech son una parte fascinante y tradicional de la ciudad. En el barrio de los curtidores, conocido como "Le Souk des Tanneurs," se encuentra al norte de la Medina. Aquí, los artesanos trabajan las pieles de manera artesanal, utilizando técnicas ancestrales para curtir y teñir el cuero. Es un lugar lleno de historia y cultura, aunque el olor suele ser bastante fuerte debido a los materiales utilizados en el proceso. Nos dieron un puñado de hierbabuena para amortiguar el olor, pero aún así resultó desagradable.
Medersa Ben Youssef
La Medersa Ben Youssef. es una joya arquitectónica situada en el corazón de la Medina de Marrakech. Construida en el siglo XIV y reconstruida en el siglo XVI bajo los saadíes, esta escuela coránica es un ejemplo impresionante del arte y la arquitectura marroquí. Su patio central, decorado con intrincados mosaicos, estuco tallado y madera de cedro, es especialmente destacado.
La medersa albergaba hasta 900 estudiantes en sus 130 celdas, lo que la convierte en una de las más grandes de Marruecos. Es un lugar lleno de historia y cultura, ideal para quienes desean explorar el legado islámico de la región.
El Es Saadi Marrakech Resort es un lujoso complejo ubicado en el elegante barrio de Hivernage, a pocos minutos de la Medina de Marrakech. Estuvimos paseando por sus zona ajardinadas y disfrutando de la tarde. Entramos en el hotel Mamunia que forma parte del complejo
Además, alberga la discoteca Teatro, un centro de fitness, un club infantil y una pista de tenis.
Es un lugar ideal para quienes buscan relajarse en un entorno exclusivo o explorar la vibrante cultura de Marrakech
El Casino de Marrakech, también está ubicado allí, es un lugar emblemático y el primer casino de Marruecos, inaugurado en 1952. Aunque no llegamos a entrar.
El Museo Dar Si Said, también conocido como el Museo de las Artes Marroquíes, es uno de los museos más antiguos y emblemáticos de Marrakech. Está ubicado en un hermoso palacio del siglo XIX, construido por Si Said ibn Moussa, hermano del gran visir Bou Ahmed. Este museo no solo destaca por su impresionante arquitectura, con patios decorados, fuentes y detalles intrincados, sino también por su rica colección de artefactos.
Entre los objetos expuestos se encuentran:
Alfombras tradicionales marroquíes, algunas con más de 250 años de historia.
Instrumentos musicales del Magreb.
Armas, mobiliario y objetos cotidianos que reflejan la vida y las tradiciones de Marruecos.
El edificio en sí es una obra de arte, con techos de cedro tallado, mosaicos coloridos y yeserías detalladas.
Armas, mobiliario y objetos cotidianos que reflejan la vida y las tradiciones de Marruecos.
La casa se encuentra en el histórico barrio judío conocido como El Mellah, que data del siglo XVI. Este barrio fue creado por el sultán saadí Moulay Abd Allah para proteger a la comunidad judía y facilitar su comercio, especialmente el de la sal. Aunque la presencia judía en Marrakech ha disminuido con el tiempo, El Mellah conserva importantes vestigios de su historia.
Museo de Marakech
El Museo de Marrakech, ubicado en el antiguo palacio Mnebhi, alberga una colección diversa de objetos tradicionales marroquíes, como cerámica, armas y alfombras. Pero lo más espectacular es el edificio.
Han pasado 10 años desde que visité Marrakech y la memoria me falla, pero recuerdo con gran sorpresa, por mi parte, que en uno de los museos o quizás en la Merdesa se encontraba un Corán manuscrito hecho con papel fabricado en Al- Andaluz, concretamente en Córdova. Decir que la península en tiempos islámicos existieron importantes fabricas de papel sobre todo en Xàtiva.
El Palacio El Badi, ubicado en Marrakech, es una obra maestra de la arquitectura marroquí construida en el siglo XVI por el sultán saadí Ahmed al-Mansur. Este palacio fue diseñado para celebrar la victoria sobre los portugueses en la Batalla de los Tres Reyes en 1578.
Hoy lo que queda del palacio son unas ruinas ya que fue desmantelado para construir la ciudad de Meknes en el siglo XVII. Quedan muros completos de tapial lo que recuerda la muralla almohade de Jerez.
Si lo ves solo por fuera es suficiente, pues por dentro todo son ruinas, y las escaleras que se conservan y que fueron trabajadas en Córdoba te cobran la entrada aparte.
Hicimos una excursión fuera de la ciudad al Valle de Ourica donde se ve una cascada y una casa Bereber no merece la pena, lo mas interesante es comer con los pies metidos en le agua del rio.
Trabajando el estuco en una de las calles.
Vista de los dos continentes Europa y África. Solo nos separan catorce kilómetros y medio.
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